viernes, 3 de julio de 2009

Viejo cuento

-¿No te parece raro el grosor de un libro cuando lo lees varias veces?... Parece como si cada vez algo quedara adherido entre las páginas. Sentimientos, pensamientos, sonidos, olores... Y cuando al cabo de los años vuelves a hojear el libro, te descubres a ti misma dentro, un poco más joven y diferente, como si el libro te hubiera conservado igual que una flor prensada, extraña y familiar al mismo tiempo.

Funke, C. Sangre de tinta (Tintenblut)


Es cierto... los libros
* del pasado forman parte de la historia de uno mismo. Nos vamos quedando impresos en lo que dejamos atrás, y cuando regresamos y "hojeamos" esos capítulos, revivimos la historia y nos re-vivimos a nosotros mismos.

Pero también hay libros que cambian, crecen con nosotros, y cada vez que abrimos sus páginas son otros -pues nosotros somos otros-: Le petit prince, Cien años de soledad, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, La Biblia...

Y hay quien dice que no hay tal cosa llamada magia.





* ... y las personas, y los lugares, y las películas, y las canciones...


Viejo cuento.
La Oreja de Van Gogh.
Dile al sol
(1998).
La Oreja de Van Gogh/Pablo Banegas.

2 comentarios:

Montse Guada dijo...

LA magia existe y cada vez es más fuerte...

Yo si creo que con un aplauso reviven las hadas y con un hechizo el dragón vuela de nuevo.

Este viejo Fénix sigue observando desde su rama. Te dejo un abrazo.

Unknown dijo...

¡Aplaudamos! ¡Aplaudamos!