Todos vamos a morir, y eso me ha quedado cada vez más claro en las últimas semanas y los últimos meses. Lo que no puedo creer es que tememos a la muerte, y sin embargo a veces sólo planeamos. Planeamos y planeamos, pero no llevamos a término. ¿Cuántos de nosotros, si nos enteráramos de que nuestra muerte sería en un corto tiempo, seguiríamos haciendo lo que estamos haciendo? Yo creo que la mayoría de nosotros nos desviviríamos por terminar el libro que "estamos escribiendo"; gastaríamos hasta nuestros últimos centavos por conocer Machu Picchu, las pirámides de Giza o la Gran Muralla; escupiríamos un pulmón por subir el Kilimanjaro; o visitaríamos a todos nuestros familiares con tal de darles el último adiós. Creo que incluso, seríamos capaces de perder nuestra humanidad y vender nuestra alma, par convertirnos en vampiros -cadáveres andantes- que cumplirán los planes de un hombre o mujer soñador o loco. Creo que ninguno de nosotros se quedaría realmente haciendo lo que está haciendo porque, hasta ese momento, ha cumplido todo lo que ha planeado y es completamente feliz. No lo sé.
Por lo pronto, no quisiera conocer el momento de mi muerte. Soy feliz en la incertidumbre. A fuerza de madrazos, he aprendido a no temerle tanto a la Parca ni empacar mis maletas para el último viaje, así que mi deseo de convertirme en vampiro se ha transformado en una ansia de tomar una hoja de rol, lanzar unos dados y pelear algunas batallas imaginarias.
¡Me urge jugar rol!
1 comentario:
Pues a mi nada más los wampiros no me gustan... adoro a los werewolfs.
Y por otro lado, la muerte está cuando dejamos de disfrutar la vida y lo que hacemos, cuando sólo "existimos", si yo supiera cuando voy a morir... no se lo diría a nadie y seguiría viviendo mi vida, cambiando, experimentando, soñando y compartiendo con los que amo.
Un beso...
P.d. ¿Cuando armamos una mesa?
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