Lo sé, lo sé. Dos posts el mismo día. De verdad me estoy ganando el título de ocioso que pronostiqué en la entrada anterior. Pero después de establecer las reglas, es hora de empezar a seguirlas (para algún día romperlas, tal vez, aunque espero que no).
El punto es que estoy frustrado con las malditas deudas. Uno empieza a trabajar y la verdad es que el gusto de recibir cheques no le dura a uno nada. Y ese invento de la cuesta de enero es solamente una hipérbole de lo que es la cuesta quincenal: cada quincena uno pare chayotes (y cuando uno no tiene el conducto apropiado está peor). Y si luego le sumamos que nuestra filosofía occidental de vida nos conduce a gastar y a que sólo se demuestra aprecio "invirtiendo en las personas", pues estamos fregados.
En resumen: esta semanita gasté más de lo debido en un campamento y eso únicamente porque faltó un niño de acuerdo a mi pronóstico original, y a que el pinche metro de la Ciudad de México me machucó y para poder salir tuve que librarme de parte de la comida; también pagué la cena del Día de las Madres por adelantado, deposité la mensualidad correspondiente de todos mis pagos de "Endéudese 12 meses sin intereses" y aporté dinero a la casa de ustedes.
La razón me dice que consiga un mejor trabajo, con mejor paga y mejores prestaciones, pero mi sexto sentido (mal desarrollado a veces, por cierto) me hace temer que los mismos problemas seguirán. Y si pienso la incertidumbre económica que generan los panchitos políticos, la cosa se oye peor.
En conclusión me queda sólo una esperanza: atinarle a los méndigos numeritos del Melate.
¡Crucen los dedos!
El punto es que estoy frustrado con las malditas deudas. Uno empieza a trabajar y la verdad es que el gusto de recibir cheques no le dura a uno nada. Y ese invento de la cuesta de enero es solamente una hipérbole de lo que es la cuesta quincenal: cada quincena uno pare chayotes (y cuando uno no tiene el conducto apropiado está peor). Y si luego le sumamos que nuestra filosofía occidental de vida nos conduce a gastar y a que sólo se demuestra aprecio "invirtiendo en las personas", pues estamos fregados.
En resumen: esta semanita gasté más de lo debido en un campamento y eso únicamente porque faltó un niño de acuerdo a mi pronóstico original, y a que el pinche metro de la Ciudad de México me machucó y para poder salir tuve que librarme de parte de la comida; también pagué la cena del Día de las Madres por adelantado, deposité la mensualidad correspondiente de todos mis pagos de "Endéudese 12 meses sin intereses" y aporté dinero a la casa de ustedes.
La razón me dice que consiga un mejor trabajo, con mejor paga y mejores prestaciones, pero mi sexto sentido (mal desarrollado a veces, por cierto) me hace temer que los mismos problemas seguirán. Y si pienso la incertidumbre económica que generan los panchitos políticos, la cosa se oye peor.
En conclusión me queda sólo una esperanza: atinarle a los méndigos numeritos del Melate.
¡Crucen los dedos!
2 comentarios:
No quise editar la entrada, así que a los curiosos les dejo que la canción es de ABBA, del álbum Arrival.
¡¡¡Bienvenido al mundo real!!!
¡¡¡ A gastar, a gastar que la cuesta va a empezar... unos por delante y otros no quedamos sin dinero y sin trabajo... A gastar, a gastar que la cuesta viene ya... !!! JAJAJAJAJA
Un besote
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