jueves, 10 de julio de 2008

What's my Name Again?

Las cosas simples de la vida.


El otro día iba caminando por la calle cuando vi acercarse a una señora (o señorita... en estos tiempos nunca se sabe), acompañada por sus dos chamacos: unos mocosos de, yo calculo, unos 3 y 4 años.


Iba caminando "minding my own business" (o en otras palabras, "en mi propio pedo") cuando la chamaca más pequeña se me paró enfrente y sin más ni más vociferó un "¿Cómo te llamas?", y no pude contener la risa. Una de esas risas blancas, salidas de lo más profundo de mi alma y mi corazón. Aquella niña había, con tres palabras simples, llegado a lo más profundo de mi ser, vencido al monstruo de la amargura y extraído al niño risueño que se encuentra dentro de mí. La niña me hizo el día.

1 comentario:

Montse Guada dijo...

¡Guauu! Eso sí es algo que hace que uno no pierda la inocencia.

¡Qué chido! Me encantan ese tipo de detalles y los niños son los mejores sonsacadores.

Un besote de vaca y un abrazo chocolatoso.