viernes, 27 de marzo de 2009

The Tracks of My Tears

Ayer oí esa canción. Nunca la había escuchado antes. Fue compuesta por Smokey Robinson en la época de Motown. Y me di cuenta...

Es exactamente quien soy. Risas, carcajadas, bromas, pendejadas... la cara que quiero mostrarle al mundo. Y lo he logrado.

Pocos son los que se han dado cuenta de lo que hay detrás de mi máscara de madurez o inmadurez, y de alegría constante, que le oculta al mundo mis inseguridades, mis agonías y mis tristezas, y que, además, me las ha ocultado a mí.

Y me gusta. Me gusta esa hipocresía de mí mismo -aunque no la creo así.- Y de este modo, mis inseguridades, mis agonías y mis tristezas tienen un lugar y un momento: el espejo antes de colocarme de nuevo la máscara (y este blog). Y el mundo no tiene por qué compartir mi dolor y mi temor. Como niño chiquito, es mío y sólo mío.

Tal vez sea egoísta, pero no me interesa que todo el mundo sepa que extraño a mi abuelo todos los días y que me duelen los amigos perdidos, que todos los días pienso en la gente que conozco y quisiera tener horas infinitas para pasar tiempo con ellos.

Me gusta reír, me encanta hacer bromas, y disfruto burlarme de mí mismo y hacer pendejadas. "La vida es dura y al final te mueres". Amo mi máscara y moriré con ella puesta. Vivo como Garrick (o como rayos se escriba) y eso me hace feliz. Me hace infinitamente feliz poder reír a los cuatro vientos sin que el resto del mundo conozca mi interior -hay algunos frente a quienes me quito esa máscara y muestro mis lágrimas...

Por eso digo que esta faceta no me hace falso. No hay nada más falso que volcar tus miedos a quien no le interesa, o abrir tu corazón a quien no tiene ganas de conocerlo. Que sean pocos los que conozcan mi rostro real se me hace honestidad hacia el mundo porque no hay peor mentira que una verdad perdida o un consuelo vacío, pues no es lo mismo oír que escuchar y atender que entender.

Pocos conocen qué tan melancólico o reflexivo soy... a veces yo mismo lo olvido. Así que les dedico, en especial, mi máscara a todos aquellos que han visto su naturaleza para pisarla, a quienes me han oído sin empatía, a quienes no perdonan -ni quieren ser perdonados-, y a quienes han pisoteado mis palabras, mis lágrimas y mi aprecio. Se las obsequio sonriendo junto con un dedo medio levantado. Es lo último que sabrán de mí por mí.

Y a pesar de que cuando oí la canción lloré (de nuevo)... lloré sonriendo. Fue un momento de autorrealización impresionante. Me amo... me encanta ser yo, quien y como soy. No me cambiaría nada -tal vez unos centímetros de altura-, y "huevos" a quien no le guste. Mis lágrimas seguirán ahí... tapadas por mi máscara de alegría contagiosa.

Me encanta ser alegre, me encanta ser teto y ver la vida con simpleza, me encanta mostrar los dientes todo el tiempo y que mis arrugas de anciano sean la de una sonrisa constante. Porque ser feliz me hace feliz. Sí le doy momento a mi lado obscuro... para después guardarlo en su cajón.

Este de arriba soy yo.


...just look closer, it's easy to trace the tracks of my tears...


1 comentario:

Montse Guada dijo...

MMM... no estoy de acuerdo con este post, sabes lo que pienso acerca de las máscaras.

¡Tú lo viste conmigo!
Una máscara no eres tú, eso es sólo una ilusión... no caigas en eso.

Te quiero mucho.