lunes, 12 de octubre de 2009

Light On

Desde anoche he tenido una sensación bizarra de emoción, combinada con algo de preocupación. A las once y media de la noche, aproximadamente, recibí un SMS noticioso afirmando la toma pacífica de las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (LyFC, empresa paraestatal encargada del suministro de energía eléctrica al centro del país) por la Policía Federal Preventiva (PFP).

El background político gira alrededor de la situación del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la turbia elección del nuevo líder sindical, la oposición por parte del Secretario de Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, la supuesta amenaza de huelga y pliego petitorio del SME, y otras muchas cosas.

Encendí la televisión y, aproximadamente a las 12:00 inició la transmisión noticiosa informando que se publicaba en el Diario Oficial de la Federación un decreto del Presidente Felipe Calderón, liquidando la empresa y dejando a cargo a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de la distribución -ahora nacional- de "la luz" en el país.

Inmediatamente empezaron las reacciones: el PRD apoya al SME y sus figuras políticas acusan a FCE de tener inclinaciones privatizadoras y políticas antisindicales, el PRI en San Lázaro también acusa al gobierno de extremista, el SME ya ha iniciado marchas y el diálogo entre los representantes del sindicato y el gobierno no ha encontrado resultados.

Si bien es cierto que el sindicalismo mexicano (con ejemplos como SME, SMTE y el de PEMEX) es una deshonra, y ésto se atribuye a los gobiernos priístas y panistas -y perredistas-, era el momento de plantear soluciones. Y vaya que esa fue una solución.

LyFC brindaba uno de los peores ejemplos de servicio en México. No era infrecuente oír hablar de tarifas infladas, o de mediciones dudosas; con frecuencia uno tenía que realizar "aclaraciones", enfrentándose a la famosísima burocracia nacional; y, por si fuera poco, el servicio eléctrico per se tenía fallas frecuentes (tan sólo el martes pasado, en la casa "se fué la luz" cuatro veces en la mañana y seis en la noche). Gracias al suministro eléctrico, en el último año hizo falta cambiar un reproductor de DVDs y un horno de microondas, además de que la secadora también se descompuso.

¿Entonces? Liquidar LyFC, en mi opinión, fue excelente movimiento por parte de FCH. Si bien fue uno drástico y controversial, es un pequeño paso necesario en el crecimiento del país (ya seguirán otros sindicatos y otras paraestatales conflictivas... o eso espero). Estoy completamente seguro que muchos de los empleados "recuperarán" sus trabajos bajo nuevos contratos colectivos, y se eliminarán a las "malas hierbas del sembradío".

Creo que es en estos momentos cuando el gobierno, y el Presidente en particular, requieren más del apoyo de los ciudadanos comunes como su servilleta. Pues es verdad que estamos siempre listos para juzgar: criticamos si el trabajo no se hace, pero atacamos y violentamos si éste sí se efectúa. Y el cambio político y social en este país necesita ser brusco.

Ya veremos que pasa con LyFC... y la historia dirá qué tan fructífero fue la liquidación. Yo me siento optimista y veo un futuro más brillante... aunque sea un poquito. Ya veremos.

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