viernes, 20 de junio de 2008

Nunca es para siempre


Se han fijado cómo nos la pasamos haciendo planes como si fuéramos a vivir para siempre. Las cosas que me han pasado en los últimos días, y los últimos meses me han hecho reestructurar en muchos aspectos mis prioridades. Me he dado cuenta cuan futiles son nuestras ambiciones, porque nuestra estancia en la tierra es limitada.
Queremos hacer colecciones, crear patrimonios y atesorar riqueza, pero nunca -o muy pocas veces- nos ponemos a pensar en términos de trascendencia. Siempre he mirado carros en la calle diciéndome a mi mismo que algún día compraré uno por el estilo, o visto ropa en las tiendas con ganas de ahorrar para después adquirirla. Pero lo cierto es que muy pocas veces me pongo a pensar en qué ocurrirá si no llego a esas metas; no por dudar de mi capacidad, sino por desconfiar del tiempo.
Es curioso: ¿cuántas veces nos ponemos a pensar en qué queremos dejar a nuestros hijos, nietos, amigos, o simplemente a la sociedad? Y no me refiero a convertirse en un personaje famoso, sino en cómo queremos trascender.
Para mí la trascendencia no es que tu nombre se encuentre en una calle o en un libro de historia o de ciencias. Yo creo que se trata de que las personas que te rodean te recuerden con cariño y con admiración el día que no te encuentres ya con ellas. Yo estoy seguro que poca gente extrañó a Napoleón, pero ví los rostros de la gente en el velorio de mi abuelo. Y les digo, fue diferente.
Así que llegué a la conclusión de que no me importa si escribo un libro o no; si descubro un nuevo elemento o compueso químico; si desarrollo el medicamento para el cáncer o la cura para el SIDA; si soy el primer hombre en visitar otra galaxia; si me convierto en presidente; o si soy un "don nadie" (por favor, noten las comillas). Me importa más rodearme de la gente que quiero, que sepan que estoy ahí para ellos y sentirlos que ellos están ahí por mí; dejar mi granito de arena para que mi entorno cercano sea uno feliz y lleno de armonía. O como diría B.P. "dejar el mundo mejor de como lo encontré", no porque yo agarre una escoba y me ponga a barrer todo, sino porque dejo siempre limpio mi "cachito".
Cada momento es importante.

1 comentario:

Montse Guada dijo...

Y en mi corazón tienes parte de tu trascendencia y eternidad...

Te quiero mucho.