Desde chavo me gusta el café... y tomo mucho café (de hecho, un amigo me regaló un pin que reza "Soy un Scout que toma café"). Tan tomo mucho café que en "Punta de Cielo" ya me conocen y saben qué pido siempre: moka frappé grande cargado; y lo que toma mi mamá también: cappuccino caliente grande con leche light y doble carga de robusta oscura.
Pero el punto del cuento es que hoy, estando ahí pidiendo un café después de la frustración de que me robaron una lana, hice una "buena acción" y la señora receptora de mi obra positiva me agradeció con un "yo creía que ya no quedaban caballeros". Al principio me apené, agradecido por la flor, y luego empecé a dilucidar y concluí que es lamentable que los hombres no seamos capaces de darles algunas atenciones al resto de la gente, no sólo las mujeres.
Me cae de madres que no cuesta ningún trabajo esperar una milésima de segundo más para que alguien pase antes que tú, o sostener una puerta -que ya abriste para pasar tú- sólo porque viene un viejito con bastón, o incluso aguantar un rato parado en la pesera porque prefieres que se siente la señora embarazada que acaba de subir. No sé qué nos pasa. La gente dice que Ortega y Gasset tenía razón y es La Rebelión de las Masas; otros creen que es resultado de la liberación femenina; y otros tantos afirman que es sólamente que la gente se está aislando en sí misma por culpa de la televisión, la computadora y la tecnología. No lo sé. El punto es que es triste cómo la gente ya no ve más allá de su nariz.
Yo tengo la idea de que regalarle una sonrisa o un momento agradable a alguien vale la pena, lo llena a uno de satisfacción (o al menos lo hace para mí), y hace que el estrés y la mierda del mundo se diluyan un poquito en elixir de felicidad. Es mi teoría.
Por lo pronto, y mientras me quedo pensando, dono los premios de hoy: el kotinos de tierra para Usain "Lightning" Bolt que repitió la hazaña de Carl Lewis en los 100 m, los 200 m y el 4x100 m ; la estrellita en la frente para los mexicanos Juan Luis Barrios y Horacio Nava, que despiertan de nuevo las esperanzas del atletismo nacional; y el kolponomos para los relevos de 4x100 m gringos (femenino y masculino) y el femenino de Jamaica, por güeyes y "manos de mantequilla". Es el colmo.
2 comentarios:
yo soy creyente fervorosa del karma, en verdad creo en el efecto mariposa y por lo tanto vivir encimismada se me hace una idiotez (además que hueva, así cómo conoces gente interesante :)
Pues vivir dentro de la propia concha es muy pesado, somos seres sociales y necesitamos de los otros... pero en este mundo donde el ego está tomando un posición alarmante siempre hay alguien dispuesto a regalar una sonrisa, un abrazo, un saludo.
Eso vale la pena... y el hecho de no encerrarse en un concha.
Besos
Publicar un comentario