Cuando un pedazo de carbón se queda mucho tiempo bajo el suelo piere su juventud, y la presión de la tierra encima de él lo va haciendo más y más duro, hasta que se convierte en un diamante. Y así son los diamantes: duros porque pueden rayar y lastimar todo, frágiles porque al menor golpe se transforman en polvo, y hermosos porque ¿qué mujer no quiere uno de esos en su dedo?
Me he dado cuenta que así pasa con todo:
"Los niños son de hule", pero cuando crecen sus huesos se vuelven más frágiles, y al mismo tiempo adquieren la fuerza para razgar la vida y hacerse paso.
Cuando uno es joven, la mente es sensible y viaja, o malviaja, creando infinidad de teorías que, cuando se madura se transforman en opiniones fuertes -aunque tal vez mal fundadas- pero que sufren más al verse contrariadas.
Pero también pasa con el tiempo. Recuerdo bien que antes en un día podía ir a la escuela, trabajar, estudiar francés, ir al catecismo y a nadar, hacer la tarea, acompañar a mamá al super, hablar con mis amigos por teléfono, salir a jugar a la calle, leer, ver la tele, comer mis tres comidas y dormir mis 8 horas. Y en un fin de semana me daba tiempo, igual de ir a nadar, comer en familia, ir al parque y a los Scouts, ir a misa, visitar a los abuelos -los dos pares-, ir por un helado, comer en un restaurante e ir al cine con mi papá. ¿Qué nos habrá pasado que el tiempo se encoje y nos devora?
Es por esto que me extraña un fin de semana como el pasado. No alcancé a hacer varias cosas que tenía planeadas, en particular el sábado, pues los proveedores tienden a ser un poco absorbentes, pero alcancé a ir al cine, visitar a mis abuelos, rentar una película y comprar "Wall-e", avanzar considerablemente en el libro, terminar la corona de Adviento -incluyendo ir a comprar las velas y "ramitas" que según mi mamá faltaban para terminarla-, ir a misa a San José Obrero, ir al Bull y gritar con Jumbo, dormir la mona un buen rato, cocinar y pasar el rato con mis papás.
Me hace feliz hacer muchas cosas y que el tiempo alcance para disfrutarlas, pero es tan raro.
Y bueno, estoy contento porque hoy compré "The Dark Knight". Why so serious?
Pero también pasa con el tiempo. Recuerdo bien que antes en un día podía ir a la escuela, trabajar, estudiar francés, ir al catecismo y a nadar, hacer la tarea, acompañar a mamá al super, hablar con mis amigos por teléfono, salir a jugar a la calle, leer, ver la tele, comer mis tres comidas y dormir mis 8 horas. Y en un fin de semana me daba tiempo, igual de ir a nadar, comer en familia, ir al parque y a los Scouts, ir a misa, visitar a los abuelos -los dos pares-, ir por un helado, comer en un restaurante e ir al cine con mi papá. ¿Qué nos habrá pasado que el tiempo se encoje y nos devora?
Es por esto que me extraña un fin de semana como el pasado. No alcancé a hacer varias cosas que tenía planeadas, en particular el sábado, pues los proveedores tienden a ser un poco absorbentes, pero alcancé a ir al cine, visitar a mis abuelos, rentar una película y comprar "Wall-e", avanzar considerablemente en el libro, terminar la corona de Adviento -incluyendo ir a comprar las velas y "ramitas" que según mi mamá faltaban para terminarla-, ir a misa a San José Obrero, ir al Bull y gritar con Jumbo, dormir la mona un buen rato, cocinar y pasar el rato con mis papás.
Me hace feliz hacer muchas cosas y que el tiempo alcance para disfrutarlas, pero es tan raro.
Y bueno, estoy contento porque hoy compré "The Dark Knight". Why so serious?
2 comentarios:
Pues... ya estamos rucos mi estimado.
Un abrazo, te quiero mucho.
Debiste escuchar el dico nuevo de los Killers, para completar tu fin :) yo no tengo tiempo de nada (cheeeee escuela de nerds), pero lo poco que hago lo hago lo mejor que se puede... eso me consuela
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