Me tardé un rato, pero por fin terminé el libro. Entre migrañas, sinusitis y un poco de apatía, pasé hace un par de horas la casi 900ª página y me quedé con ganas.
Es la primera entrega de una trilogía: The Kingslayer Chronicles (Crónica del asesino de reyes), publicada en el 2007 por un profesor de la University of Wisconsin-Stevens Point: Patrick Rothfuss.
Para resumir la historia -sin revelar demasiado- me fiaré de la contracubierta del libro:
Se trata de un libro con una estructura de historia en la historia. El hombre: Kvothe (tal vez héroe, tal vez villano) afirma que su vida tomará tres días en contarse -de ahí que ésta sea la primera entrega (el primer día) de una trilogía-. Y cuando alguien inicia su biografía diciendo...
Cuando tomé el libro en mis manos por primera vez (en la librería) leí en la contracubierta una reseña: "...sí es tan bueno como dicen las reseñas". Así es que hice una breve investigación online y encontré muchos comentarios favorables -incluso uno de Ursula K. LeGuin, autora de Earthsea (no del bodrio para televisión con Shawn Ashmore, sino de la cautivante saga de novelas y cuentos). Los comentarios comparan el libro con Harry Potter y con la obra de LeGuin, y la llaman la mejor obra de fantasía de los últimos tiempos.
Quizás sea cierto: es probablemente una de las mejores obras de fantasía épica o sword & sorcery que he leído de unos años a hoy -y sabrán que tengo una debilidad por ese género-. Es quizás una de las obras fantásticas más originales que he leído. Y tengo que admitir que Plaza y Janés hace buenas traducciones (aunque a hoy sigo afirmando que la traducción de Minotauro de la obra de J.R.R. Tolkien está en primer lugar).
Pero aquí va: la redacción es sencilla -me refiero a que es fácil de leer;- hay quizá un poco de confusión con los nombres al principio, pero todo se aclara rápidamente. Existe buen paso salvo en algunos capítulos, y la narración es ágil. Las descripciones son claras y la acción es inteligente. En resumen, una gran labor de escritura. Y me gusta cuando una lectura me hace revivir otros libros sin sentir que estoy pasando por las mismas páginas.
Kvothe (se pronuncia como 'quote'), el protagonista, es creíble: un muchacho en crecimiento y de inmadurez que desborda. Uno no puede evitar decir "¡que bestia!" cada vez que tiene una de sus ocurrencias, y al mismo tiempo sentirse identificado con él. Sin embargo, y gracias a que esto es sólo un tercio de su historia uno percibe que falta profundidad -al menos en la versión adulta-.
Bast, el compañero y ayudante del adulto Kvothe, es fascinante. No develaré nada, aunque su principal secreto se revela pronto en el libro, pero para mí es el personaje del que quisiera conocer más sobre su origen ¿quien es? ¿de dónde viene?. Hasta ahora -y con tal vez no más de 50 páginas de verdadera aparición- es mi personaje favorito. Pero habrá que saber más.
Lo cierto es que el libro tiene varios paralelismos. Como escribí arriba, me gusta cuando un libro me hace revivir antiguas lecturas, sin sentir que mis ojos están sobre los mismos párrafos. En particular, éste libro me trajo muchos recuerdos sobre el Earthsea de LeGuin; en particular, el carácter del personaje principal -impulsivo e inocente-, pero más que nada la Universidad y su técnica de estudio, que me hizo revivir la isla de Roke y sus Maestros.
A final de cuentas, El nombre del viento me dejó satisfecho a medias. Leí la última línea y me quedé con ganas y con demasiada curiosidad. Sentí que el libro no concluyó nada, ningún subplot quedó concluido y no hay sensación de cierre. Parece un libro sin final. En parte es positivo, pues sí quiero leer la siguiente parte; pero temo que si pasa mucho tiempo perderé interés, pues soy fiel creyente de que el final suele ser el mejor "gancho" para los lectores. Pero habrá que ver. Quizás al escribir esto me estoy comprometiendo a leer la continuación (con un nombre tentativo de The Wise Man's Fear) pero ¿díganme ustedes?
Veredicto: Lean ...el viento si quieren sentirse llevados por él y abandonados quién sabe dónde, aunque en un buen viaje.
Calificación: 8,5 (¡tendría 9,5 si hubiera final!)
Es la primera entrega de una trilogía: The Kingslayer Chronicles (Crónica del asesino de reyes), publicada en el 2007 por un profesor de la University of Wisconsin-Stevens Point: Patrick Rothfuss.
Para resumir la historia -sin revelar demasiado- me fiaré de la contracubierta del libro:
En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que lo han convertido en un personaje legendario a quien todos daban por muerto: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.
Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.
Se trata de un libro con una estructura de historia en la historia. El hombre: Kvothe (tal vez héroe, tal vez villano) afirma que su vida tomará tres días en contarse -de ahí que ésta sea la primera entrega (el primer día) de una trilogía-. Y cuando alguien inicia su biografía diciendo...
He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.... se genera en el lector cierta expectativa. Y ésta no cubrió en su totalidad y creó en mí avidez por leer la siguiente parte (quizás en eso consiguió lo suyo Rothfuss), que todavía no tiene fecha de publicación decidida.
Cuando tomé el libro en mis manos por primera vez (en la librería) leí en la contracubierta una reseña: "...sí es tan bueno como dicen las reseñas". Así es que hice una breve investigación online y encontré muchos comentarios favorables -incluso uno de Ursula K. LeGuin, autora de Earthsea (no del bodrio para televisión con Shawn Ashmore, sino de la cautivante saga de novelas y cuentos). Los comentarios comparan el libro con Harry Potter y con la obra de LeGuin, y la llaman la mejor obra de fantasía de los últimos tiempos.
Quizás sea cierto: es probablemente una de las mejores obras de fantasía épica o sword & sorcery que he leído de unos años a hoy -y sabrán que tengo una debilidad por ese género-. Es quizás una de las obras fantásticas más originales que he leído. Y tengo que admitir que Plaza y Janés hace buenas traducciones (aunque a hoy sigo afirmando que la traducción de Minotauro de la obra de J.R.R. Tolkien está en primer lugar).
Pero aquí va: la redacción es sencilla -me refiero a que es fácil de leer;- hay quizá un poco de confusión con los nombres al principio, pero todo se aclara rápidamente. Existe buen paso salvo en algunos capítulos, y la narración es ágil. Las descripciones son claras y la acción es inteligente. En resumen, una gran labor de escritura. Y me gusta cuando una lectura me hace revivir otros libros sin sentir que estoy pasando por las mismas páginas.
Kvothe (se pronuncia como 'quote'), el protagonista, es creíble: un muchacho en crecimiento y de inmadurez que desborda. Uno no puede evitar decir "¡que bestia!" cada vez que tiene una de sus ocurrencias, y al mismo tiempo sentirse identificado con él. Sin embargo, y gracias a que esto es sólo un tercio de su historia uno percibe que falta profundidad -al menos en la versión adulta-.
Bast, el compañero y ayudante del adulto Kvothe, es fascinante. No develaré nada, aunque su principal secreto se revela pronto en el libro, pero para mí es el personaje del que quisiera conocer más sobre su origen ¿quien es? ¿de dónde viene?. Hasta ahora -y con tal vez no más de 50 páginas de verdadera aparición- es mi personaje favorito. Pero habrá que saber más.
Lo cierto es que el libro tiene varios paralelismos. Como escribí arriba, me gusta cuando un libro me hace revivir antiguas lecturas, sin sentir que mis ojos están sobre los mismos párrafos. En particular, éste libro me trajo muchos recuerdos sobre el Earthsea de LeGuin; en particular, el carácter del personaje principal -impulsivo e inocente-, pero más que nada la Universidad y su técnica de estudio, que me hizo revivir la isla de Roke y sus Maestros.
A final de cuentas, El nombre del viento me dejó satisfecho a medias. Leí la última línea y me quedé con ganas y con demasiada curiosidad. Sentí que el libro no concluyó nada, ningún subplot quedó concluido y no hay sensación de cierre. Parece un libro sin final. En parte es positivo, pues sí quiero leer la siguiente parte; pero temo que si pasa mucho tiempo perderé interés, pues soy fiel creyente de que el final suele ser el mejor "gancho" para los lectores. Pero habrá que ver. Quizás al escribir esto me estoy comprometiendo a leer la continuación (con un nombre tentativo de The Wise Man's Fear) pero ¿díganme ustedes?
Veredicto: Lean ...el viento si quieren sentirse llevados por él y abandonados quién sabe dónde, aunque en un buen viaje.
Calificación: 8,5 (¡tendría 9,5 si hubiera final!)
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