Por motivos de trabajo, tuve que hacer una travesía suicida. Fui a Querétaro y volví en una noche. Lo triste es que, por el tiempo que estuve allá, no pude visitar a nadie. Aún así, me acompañó un buen amigo: un libro (de hecho iban dos, pero el otro se quedó guardado en la mochila). En este caso fue: EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS (The Boy in the Striped Pyjamas), de John Boyne.
EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS es una historia sobre el Holocausto narrada como una historia infantil (hay una seria discusión sobre si esta historia es adecuada para niños, pero el mismo se recomienda para mayores de 13 años).
En mi opinión, es una lectura amena y emotiva, si bien sé que ha generado controversia y -como buen libro controvertido -esto ha aumentado sus ventas. También sé que lo adaptaron en un filme con David Thewlis y Vera Farmiga, que aún no he visto y quizás me atreva algún día.
El punto con los libros -y películas- acerca del Holocausto -así como de muchas otras de las Grandes Tragedias de la humanidad -es que no son mi elección principal de lectura, porque suelen angustiarme (y esto no es una de mis razones favoritas para leer -o ver películas). Aun así, ésta se me hizo interesante y agradable. La forma en que se describen las situaciones y vislumbran la tragedia en Auschwitz a través de la mirada inocente de un niño de 9 años revela la moraleja de una manera sutil, si cruda.
El chiste es que el libro me aligeró el viaje. Es un hecho definitivo que una situación desesperante y estresante puede volverse un poco más amena acompañado de un libro. Y es curioso cómo muy poca gente lo sabe.
El punto con los libros -y películas- acerca del Holocausto -así como de muchas otras de las Grandes Tragedias de la humanidad -es que no son mi elección principal de lectura, porque suelen angustiarme (y esto no es una de mis razones favoritas para leer -o ver películas). Aun así, ésta se me hizo interesante y agradable. La forma en que se describen las situaciones y vislumbran la tragedia en Auschwitz a través de la mirada inocente de un niño de 9 años revela la moraleja de una manera sutil, si cruda.
El chiste es que el libro me aligeró el viaje. Es un hecho definitivo que una situación desesperante y estresante puede volverse un poco más amena acompañado de un libro. Y es curioso cómo muy poca gente lo sabe.
2 comentarios:
Great post, Poncho. I've heard of this book, and the 2008 film of it. I'm going to have to look into both. Thanks, cousin.
I haven't seen the film, mainly because I hadn't read the book. I think I'll be renting it in a few weeks, so I might comment.
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