martes, 9 de febrero de 2010

El sello de Gaby

Reseña de LOS DOCE SELLOS de Gabriela Da Silva

Generalmente, cuando decido abrir un libro es por recomendación o porque la portada -y también el texto de la contraportada -son atractivos. Abro la primera página con expectativas, pero sin preocupación: el libro puede gustarme o no, y mi vida no cambia.

Sin embargo, en algunas ocasiones (ya ocurrió con las antologías del Gordo), tengo frente a mí el fruto del trabajo y la imaginación de un amigo. Y entonces las expectativas no cambian, pero sí la preocupación: quiero que me guste el texto, porque quiero que mi amigo tenga éxito. Evidentemente, procuro ser objetivo y no dejarme llevar -sólo -por el cariño que le tengo a esta persona.

Esta vez, Gaby Da Silva decidió escribir una novela: LOS DOCE SELLOS. A Gaby la conocí, durante mi época más geek, en la Sociedad Tolkiendili de México. Ella es una bibliófila (además de Licenciada en Letras por la UNAM), otaku declarada, con algo de twittera y mucho de amiga. Y tomó la pluma y dibujó una historia de intriga, suspenso y magia en un opus primum cautivador.

En LOS DOCE SELLOS, Umberto es parte de un grupo de huérfanos adoptado por un enigmático y mezquino Hechicero itinerante. Este Maestro, emplea a los niños en sus espectáculos, donde cuenta historias del reino de Lavinia, hasta que son invitados a un festival en la corte del príncipe de Malena. En la fortaleza ocurren una serie de eventos misteriosos -y peligrosos- y Umberto se atrapado entre dos mundos para intentar resolver el misterio y salvar a su pequeña e improvisada familia.

LOS DOCE SELLOS entreteje misterio con magia, religión con política, y generosidad con intriga. Lavinia es un reino construido no sólo con espadas y guerras, sino también con ideologías, leyendas, mentiras y alianzas. Y los personajes se ven envueltos en situaciones que son más grandes que ellos.

Lo primero que suege de las páginas de LOS DOCE SELLOS son los personajes: los huérfanos "adoptados" por el Maestro, y el Maestro mismo. Y poco a poco surgen las demás personas que marcan la vida de los niños. A través de la narración conocemos sus características físicas, pero es por medio de los diálogos -escritos como charla casi cotidiana -que aprendemos de sus personalidades y aspiraciones. Es, con sus pláticas que sentimos pena por Constanza, nos burlamos con Alejo, nos enamoramos con Escela, o reímos con la inocencia de Amado. Están plasmados en las páginas con tal sencillez que cobran vida al pasar las hojas.

Y en la trama, Gaby no se apoya las batallas con espada y los duelos de magia (que no faltan), sino que construye una historia de suspenso en el que las preguntas surgen aun antes de que llegar a los sucesos dramáticos: ¿De dónde vienen esos niños? ¿Quién es el Maestro? ¿Cuáles son LOS DOCE SELLOS? ¿Qué rayos está pasando? Se trata, en realidad de una novela de suspenso ambientada en una realidad ficticia.

En lo particular, me pareció un éxito. Creo que los amantes de la fantasía encontrarán un nuevo mundo del cual enamorarse; los seguidores del suspenso, una alternativa a las armas de fuego; y los demás bibliófilos hallarán en LOS DOCE SELLOS una novela inteligente y prometedora. Yo, honestamente, no pude despegarme de las páginas y cuando dí vuelta a la última me quedé queriendo más (y no digo ésto porque Gaby sea mi amiga).

Lo recomiendo ampliamente.

Veredicto:
Dejará su SELLO.
Calificación: 9



LOS DOCE SELLOS fue publicada por editorial ITACA en Noviembre de 2009. Y como es novela de manos mexicanas (aunque de corazón un tanto japonés), también cuenta para mi Reto México 2010.

Pronto publicaré también una entrevista con la autora. ¡Felicidades, Gaby! Y ojalá haya secuelas.

3 comentarios:

le0pard13 dijo...

Very good review, Poncho. Thanks for this.

Montse Guada dijo...

Pues la leeremos...

Gracias por la reseña y por no revelar mucho.

Saludos

Merlina dijo...

Hola

He leído el libro, practicamente lo deboré fomenta la imaginación, es una excelente historia, es un placer leerla.
En mí tiene una admiradora espero leer mas de ella.

Saludos