jueves, 15 de mayo de 2008

Corrido de Anacleto Morones

Me gustan los corridos. No son necesariamente canciones que tengo en mi biblioteca de iTunes, pero definitivamente no cambio de estación cuando los oigo en el radio, me quedo a escucharlos cuando alguien se pone a cantarlos con o sin motivo alguno, y me acuso culpable de cantarlos, algunas veces, de manera espontánea (para quien no sepa, cuando estoy solo, canto).

La Cucaracha es un clásico, ya internacional (aunque sólo tarareen o washa-washeen los gringos). Y por supuesto La Rielera, que habla de una mujer que ve partir a su amado en tren; y La Adelita, que no aguanta la espera, sigue al regimiento de su "Sargento" y se lo tira (¿qué creían que lo seguía para lavarle la ropa? De hecho yo creo que el Coronel la llegó a "respetar" varias veces). Hay más, pero no tiene caso que los nombre a todos.

Y traigo los corridos al caso porque hoy, Día del Maestro (felicidades, a quienes se las merecen) me vinieron a la mente cuando recorría la "Ciudad en Movimiento". En particular, tenía ganas de aplastar algunas Cucarachas y balacear algunas Adelitas. Tan solo en mi recorrido desde el metro Revolución hasta Chapultepec, me encontré con 3 manifestaciones -aparentemente diferentes-. Soy fan de los artículos 6° al 9° de nuestra Constitución (libertades de expresión, imprenta, petición y asociación, pa' los que no sepan), pero estoy hasta la madre de que esas libertades coarten la mía de circular libremente por la ciudad. Me encontré Reforma cerrado y para llegar a la escuela en vez de tomar un camión, tuve que utilizar dos "micros" y el metro, perdiendo más de una hora de mi valioso tiempo.

¿No dijo Benito Juárez (héroe de muchos... ¿mío?, luego hablamos) que "entre los individuos, como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz"? ¿Pues qué no tengo yo el puto derecho de que pueda tomar las vialidades que yo elija, circular libremente y sin problemas, y llegar a tiempo a mis citas? ¿No tienen todos el mismo derecho? ¿Por qué cree la gente, ya sean maestros, indígenas, pendejas... digo Adelitas, o quien sea, que su derecho de petición les confiere la facultad de negar otras libertades a los demás? ¿Qué la libertad de uno no termina donde empieza la de las demás?

Según yo resistencia pacífica significa hacerse notar y resistirse, pero sin afectar la paz (i.e. respeto). Si empezamos por respetar a los demás antes de buscar nuestro beneficio personal tal vez, y digo sólo tal vez, podamos construír un México mejor. ¿Qué opinan?
P.S.: ¡Feliz cumpleaños J.R.!

1 comentario:

Montse Guada dijo...

¡¡¡ A huevo !!! ¿A quién agarramos a madrazos? Yo tengo la espada lista y algunas sorpresitas... jejeje.

Un besote. MMMMMMUUUUUAAAAAA