domingo, 15 de junio de 2008

Oshiete

Abuelo, dime tú
¿Por qué tuviste que sufrir tanto tiempo?
¿Por qué nos tenías al borde del llanto días y noches pensando en que ya no eras quien de verdad eres?
¿Por qué Dios permitió que te viéramos tan destruido y derrumbado; tan poco tú?
Abuelo, dime tú
¿Por qué tan pronto? Sabíamos que te despedías, pero no imaginábamos que tenías tanta prisa.
¿Qué sólo esperabas a que tus hijos regresaran de Europa?
¿O fue, nada más, que tus fuerzas se agotaron y el Señor decidió llevarte?
Abuelo, dime tú
¿Qué se siente estar allá arriba? ¿De verdad ya no estás sufriendo?
¿Alcanzas a ver las lágrimas que mojan el teclado?
¿Cómo se llena este vacío que se siente en medio de las tripas cuando veo unos M&Ms, unas Doraditas o unos dulces de mantequilla?
¿En serio le estás sacando "chochitos" de los cachetes a los angelitos?
¿Alguna vez te volveré a ver?
Abuelo, dime tú
¿Cómo dejo de llorar?
¿Puedes perdonarme por no haberte ido a ver más veces?
¿Por qué no permitió Dios que mis primos te conocieran?
¿Cómo puedo volver a pensar en tí sin que mi vista se torne borrosa y húmeda?
¿Cómo dejo de llorar?
Abuelo, dime tú
¿Viste a toda la gente que fue a despedirte, llorando? Tus catorce hijos, tus treinta nietos (al menos, la delegación de los más grandes), tus nueras y yernos, tus amigos, tus "hijos postizos", y por supuesto tu incondicional Lolita Varela...
¿Tu cara de tranquilidad era de verdad?
¿En serio ya no sufres?
Abuelo, dime tú
¿Cómo dejo de llorar?
Ing. Rafael Javier de Alba Alatorre
Requiem aeternam dona ei Domine
Et lux perpetua luceat ei
Requiescat in pace

1 comentario:

Montse Guada dijo...

Poncho... tal vez no dejes de derramar lágrimas, pero deja que éstas sean un bálasmo para tu alma.

Ahora tienes quien te cuide desde allá arriba.

Te dejo un abrazo, sabes que si necesitas hablar... estoy aquí.

Un besote.

Montse