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Bien. Pues llevo buen rato fuera de la blogósfera. Bastante buen rato, para ser francos. Ha habido varias razones que han gobernado mi exilio, y ya es hora de que me tome un rato para actualizar este espacio.

Les platico algunas de las cosas con las que me he topado en estos últimos meses.

El lado oscuro del corazón, un filme del argentino Eliseo Subiela. Hacía tiempo que el buen Velas me lo había recomendado pero por alguna razón u otra no lo había visto. Finalmente, proyectó la película y me descubrí inmerso en esa búsqueda de la identidad y del amor, envueltas en monólogos y diálogos internos, e intercambios con la Muerte. Ahora, sólo me queda a mi encontrar a esa mujer que "sepa volar".

Acacia. Una novela de David Anthony Durham -el autor de Aníbal: El Orgullo de Cártago. Lo compré prácticamente a ciegas y me encotré con una fantástica novela fantástica. Son pocas las historias en las que el mundo -si bien imaginario- se siente creíble; en este caso porque los conflictos son meramente humanos y la trama está llena de sentimientos, emociones y razonamientos que se perciben honestos. En pocas ocasiones he tenido una reacción tan visceral al final de un libro -en buen sentido-: los personajes están tan bien trazados que aun sus acciones más inesperadas encuentran una razón lógica; sus vidas están envueltas en una trama política que resuena en la misma humanidad.

Mysterious Skin. Una película independiente que me pareció completamente perturbadora. El tema del abuso infantil es muy delicado. Encontrarse un filme que trata este asunto y sus consecuencias de una manera tan clara fue muy interesante. La actuación de Joseph Gordon-Levitt es magistral. Un filme difícil: de ver, de comentar, de recordar; si bien excelente en su realización.

Sigo leyendo la saga de Dune de Frank Herbert. Pronto haré una crítica completa y, si el tiempo lo permite, me gustaría comparar la saga de Frank con las precuelas, secuelas e intercuelas de su hijo. Pero todo a su tiempo.

Estoy por terminar el sexto libro de la saga de Elvis Cole y Joe Pike, de Robert Crais. ¡Me estoy convirtiendo en un Craisy!

The Walking Dead. Me confieso recapturado por el "género" zombie. Tanto el cómic como la serie son excelentes dramas de supervivencia en las que los zombies son una acotación -aunque no les falta su dosis de gore. En el caso del cómic, los personajes están trazados de manera genial (dentro de lo que permite el género gráfico), mientras que la serie de televisión maneja el suspenso de modo increíble. Creo que Andrew Lincoln merece mucho reconocimiento por su trabajo -en particular en el capítulo piloto "Days Gone Bye". Es triste que sólo hayan hecho 6 capítulos esta temporada. Habrá que esperar hasta el próximo Octubre, tal vez.

No puedo creer que no lo había leído antes, pero Sandman es la onda. Todavía me falta bastante por avanzar, pero hasta ahora la historia me tiene cautivo.

Las series The Event y No Ordinary Family empezaron bien, pero cayeron rápido. Creo que ya no las seguiré viendo. Glee, Modern Family y Cougar Town siguen siendo divertidos.



Espero no olvidar nada importante. Escribiré más pronto, lo prometo.