Hace ya más de un año, leí la primera parte de la trilogía vampírica que están "cocinando" entre Guillermo del Toro y Chuck Hogan. Y comentaba en la reseña que si bien me entretuvo y dejó cierta expectativa para la secuela, me descepcionaron un poco las lagunas en la trama. Ahora terminé la segunda parte: Oscura (The Fall: La caída, en inglés) y estoy llegando a una conclusión similar.
La historia comienza prácticamente donde termina Nocturna: Abraham Setrakian (el símil de Van Helsing) y compañía no lograron detener al "Amo", ergo se ocultan, y 'Gus' -el pandillero mexicano- es secuestrado por otro grupo de vampiros. Ahora, 'Gus' es reclutado por otros vampiros Antiguos para detener el avance de las criaturas del Amo, mientras que Setrakian y los otros buscan encontrar el medio de acabar finalmente con los vampiros, ya sea deteniendo a Eldricht Palmer -el millonario que ayuda al Amo a cambio de la inmortalidad- o por medio de un legendario artefacto: un libro llamado Occido Lumen (que en un mal latín significa algo así como "Mato/hago caer la luz" o algo similar -en el texto lo refieren como algo similar a "La caída de la luz").
La lectura es muy ágil, con un estilo sencillo, si bien un poco repetitivo (no saben cuánto me harté de encontrar la palabra "amoníaco") y, similar a en el primero, uno se encuentra envuelto en la historia rápidamente. Del mismo modo, Del Toro y Hogan consiguen construir las escenas con una tensión -y miedo- prácticamente tangibles; en particular algunas escenas de persecución subterránea me obligaron a revisar dos veces los lugares obscuros de mi cuarto. También, como esperaba al terminar Nocturna, la mitología vampírica es explorada un poco más -y no sólo el origen del misterioso Amo- sino que tres de los otros Antiguos hacen una aparición más importante.
Todavía no sé qué pensar de uno de los nuevos personajes. Su nombre es Ángel, un ex-luchador y ex-estrella de cine (el Ángel de Plata), quien es un claro homenaje al famosísimo El Santo [recuerden que uno de los apodos de El Santo es "El enmascarado de plata" y la plata es una de las debilidades de los vampiros de la saga, lo que queda claro que no es coincidencia]. Si bien narra el trasfondo de su caida en desgracia y migración a Nueva York -aunque un tanto estereotipado-, Ángel se transforma rápidamente en un "cabrón" interesante: con sus habilidades de lucha libre se vuelve un aliado valioso de la pandilla cazadora de Gus y se enfrenta mano a mano con varias de las criaturas. Pero para el final del libro se transforma en una caricatura poco creíble.
Y si bien la acción es cinemática y la narración episódica y ágil, la trama deja que desear. La aparición del Occido Lumen es un tanto inverisímil, y me atrevo a decir que la explicación no escapa del deus-ex-machina casi desde el principio. Aunque en este sentido, me parece que los autores emplearon bien a los Antiguos: construyendo lo que aparentemente se convertiría en una batalla entre criaturas inmortales para llegar a un momento climático donde se percibe muy bien un sentimiento en que las esperanzas se transforman -quizás muy literalmente- en polvo.
Pero también creo que Del Toro y Hogan perdieron mucho al evitar profundizar en el mitos vampírico, aunque fuera una mitología particular. En particular sentí que, si bien me parece excelente el mantener la historia como un conflicto para los humanos, los Antiguos son personajes muy pobremente construidos y -francamente- escasamente empleados. También hay una referencia poco clara de un origen pseudo-primordial de los vampiros que, honestamente, también me pareció un tanto inverosímil. La historia de Setrakian y su búsqueda por varias décadas del método de acabar con el Amo -y su reencuentro de caras conocidas a lo largo de ésta- se volvió poco interesante y muy predecible, y creo que gran parte de ésta pudo ser sacrificada a favor de más historias de vampiros y un poco más del trasfondo de otros personajes que, en mi opinión, son más interesantes que el anciano.
Por otra parte, siguió habiendo algunos personajes diseñados sólo para aparecer algunos párrafos o páginas y, como en el primer libro, me parece una herramienta genial ya que no se sabe a ciencia cierta si sobrevivirán o no. Mi única queja es que no fueron suficientes (mi yo fanático del gore ha escrito).
La exploración de la fisionomía vampírica continúa. Guillermo del Toro ha dicho muchas veces que le obsesiona la anatomía de los monstruos y, en este sentido, la saga definitivamente cumple: los personajes -literalmente- disecan un corazón infectado, entre otras cosas. En la reseña anterior comenté que el primer libro me recordó a las historias de zombies, pues creía que los vampiros perdían el intelecto; ahora comprendo que comparten un enlace metafísico con el Amo y, si bien se comportan de modo instintivo, poseen una inteligencia colectiva -como un enjambre de abejas.
Sigo interesado en la historia gracias a muchas cosas. En primer lugar, soy fanático del trabajo de Guillermo del Toro y me sigue fascinando el "subgénero" de los vampiros. En segundo lugar, independientemente de las pequeñas inconsistencias del texto, ¡el final es excelente! y construye expectativas para la tercera entrega. Y en tercer lugar, espero que la tercera parte resuelva mis dudas sobre las lagunas dejadas entre la primera y la segunda, aunque quizás sea pedir mucho.
A final de cuentas, Oscura no es una novela genial. No se encuentra entre los mejores libros que he leído este año y definitivamente no es el mejor libro de vampiros con el que me he topado. Pero es ágil, entretenido y con su buena dosis de horror y gore.
2 comentarios:
Por cierto. Gracias a este libro, decidí que voy a ir a rentar "El Santo contra las mujeres vampiros", que nunca he visto. Ya les platicaré.
Good look at this second book in the trilogy, Poncho. The first definitely has its chilling moments, but its plotting is not the best. I'll probably continue on to the 2nd if for nothing else it is a work by the great Guillermo del Toro. Thanks for this.
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